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La buena gestión de los proyectos de traducción

Desde hace ya algunos años, poca gente se sorprende al oír hablar de la gestión de proyectos o project management. Nos hemos habituado a que esta tarea forme parte del día a día laboral, y somos conscientes de su importancia como instrumento vehicular entre departamentos.

Ahora bien, puede que haya quien se sorprenda al oír hablar de la gestión de proyectos dentro de la traducción. Si simplemente hay que traducir un texto, ¿para qué haría falta hacer una gestión del proceso? Pues bien, como en muchos otros ámbitos, dentro de la traducción la gestión también es un elemento clave. Al fin y al cabo, en la traducción de un texto participan diversos perfiles laborales que aseguran que todos sus aspectos (tema, contenido, especialización, formato, etc.) reciban la atención que merecen. Y el gestor o la gestora de proyectos es la persona encargada de facilitar la comunicación y aportar un punto común entre dichos aspectos.

Así pues, ¿qué tareas específicas debe realizar un buen gestor o gestora de proyectos dentro del mundo de la traducción? Repasemos en primer lugar las fases de un proyecto de este tipo:

1.       Encargo de la traducción por parte del cliente

2.       Preparación del proyecto

3.       Realización de la traducción

4.       Maquetación o DTP

5.       Revisión de la traducción

6.       Control de calidad

Para el asombro de muchos, el gestor/a de proyectos no se encarga tan solo del paso número 2, sino que está presente y realiza tareas en cada una de las seis fases. Al fin y al cabo, su objetivo es lograr que todo el proceso en su conjunto se realice con éxito.

Cómo trabaja un buen gestor de proyectos y qué tareas realiza

Para empezar, en cuanto reciba el proyecto el gestor/a se encargará de hacer un análisis de los archivos: debe determinar cuál es el contenido, tema y especialización, así como hacer un recuento de palabras (repetidas, nuevas y fuzzies).

En segundo lugar, deberá determinar las características de los originales para poder facilitar la tarea de traducción: ¿qué tipo de maquetación necesitarán?, ¿con qué herramientas de traducción se pueden trabajar estos archivos?, ¿necesitamos hacer alguna preparación previa a la traducción?

En tercer lugar, el gestor/a de proyectos se dedicará a buscar material de referencia que pueda ser de ayuda al traductor, ya sea consultando al cliente (guías de estilo, glosarios, textos paralelos similares…) o buscando entre los recursos propios de la empresa (memorias de traducción y bases de datos útiles para el proyecto en cuestión).

En cuarto lugar, la persona encargada siempre deberá tener claro el objetivo del texto y las necesidades del cliente. La comunicación con el cliente es básica para transmitir la información al traductor.

Además, un buen gestor/a será capaz de prever posibles dificultades que pueden aparecer a lo largo del proyecto (problemas de coherencia terminológica, dudas sobre ciertas partes del texto que no están claras, errores del original…) y actuar en consecuencia. Este paso es muy importante para evitar retrasos en las entregas y asegurar la calidad final.

Una vez realizados estos pasos, el gestor/a de proyectos calculará el tiempo de traducción, revisión y maquetación para establecer el cronograma y preparará el presupuesto.

A continuación, recopilará toda la información anterior y elegirá al traductor o traductora más adecuado para ese texto en concreto. Para ello, además de la combinación lingüística tendrá en cuenta el campo de especialización y la experiencia con la que cuente el traductor/a. Aquí es importante la pericia que tenga el responsable en el mundo de la gestión y sus conocimientos sobre el equipo de traducción: al fin y al cabo, la relación cliente-traductor/a se basa en el aprendizaje mutuo y el crecimiento continuo, así que es básico elegir bien al traductor/a desde el principio.

En relación con esto, el gestor/a también se encargará de hacer de puente entre el cliente y el traductor/a, con tal de facilitar la comunicación en todo momento.

Durante las fases del proceso, esta figura irá haciendo un seguimiento de la traducción, revisión y maquetación para asegurarse de que todo va según lo pautado y sin problemas.

Finalmente, una vez se hayan realizado todas las fases del proceso, el gestor/a hará un control de calidad de la traducción para asegurar que cumple con las necesidades del cliente que determinó en la primera etapa.

En definitiva, la gestión de los proyectos de traducción es una función vehicular que enlaza todas las fases del proceso y garantiza que haya buena cohesión, coherencia y sentido. Como comentábamos al principio del texto, es una parte vital del campo de la traducción y siempre será necesaria para asegurar la calidad y la optimización del proceso.