Un aspecto relevante a tener en cuenta a la hora de realizar traducciones es la adaptación cultural. Según el objetivo de las traducciones, un contenido se debe mantener igual al texto original o bien debe modificarse para adaptarlo a la cultura de los destinatarios.
Por definición, la adaptación cultural lingüística es el proceso de adecuar un contenido de cualquier tipo a la cultura de la lengua meta.
Podemos encontrar cambios de contenido, fruto de la adaptación cultural, en distintos ámbitos. A continuación, compartimos interesantes ejemplos, algunos de los cuales ilustran una adaptación cultural puramente lingüística, mientras que otros adaptan también otros aspectos como la imagen o las referencias a personalidades conocidas.
El marketing y la adaptación cultural
Las grandes empresas suelen tener presente la adaptación cultural en sus estrategias de marketing con el objetivo de acercarse de la forma adecuada a sus clientes de ámbito internacional.
¿Recuerdas la campaña de Coca-Cola en la que aparecían nombres propios en sus latas y botellas? Coca-Cola se dio cuenta de que esa idea no iba a funcionar en China, donde la gente no suele dirigirse a sus conocidos por el nombre de pila. ¿La solución? Usaron estructuras como «compañero/a de clase» o «buen/a amigo/a», que también resultaban cercanas y personalizadas dentro de la cultura china.

Otra empresa que suele hacer un gran trabajo en cuanto a la adaptación cultural de sus mensajes publicitarios es Netflix. Un ejemplo de ello es el anuncio que creó para promocionar la cuarta temporada de la serie Black Mirror. El anuncio que se publicó para los países de habla inglesa mezclaba imágenes de la futura temporada con imágenes reales de personajes como Donald Trump, Theresa May, Anonymous, Vladimir Putin y Mark Zuckerberg. En cambio, el anuncio que se publicó en España mezclaba imágenes de la serie con otras de Mariano Rajoy, Nicolás Maduro y la actuación policial tras el referéndum en Cataluña.


Puedes ver ambos tráileres en los enlaces siguientes:
https://elpais.com/cultura/2018/01/18/television/1516281264_211156.html
El mundo audiovisual y la adaptación cultural
Los estudios cinematográficos Pixar son una de las empresas que más atención le dedican a la lengua y a la adaptación cultural de las películas que producen. Podemos observar un par de divertidos ejemplos en la película Del revés. En la versión para Japón, se modificó la escena en que la niña protagonista, Riley, no quiere comer brócoli. En este caso, el brócoli se sustituyó por pimiento verde, ya que en el país asiático es uno de los alimentos que menos gusta a los niños.

Para algunos países, también se modificó la escena en que el padre de la protagonista se imagina un partido de hockey reemplazándolo por un partido de fútbol:

Encontramos otro ejemplo de adaptación cultural cinematográfica en China. Cuando se reestrenó la película Titanic en 3D, en dicho país se censuró, entre otras, la conocida escena en que la actriz Kate Winslet posa desnuda en el sofá para que Leonardo DiCaprio la retrate.

También se da un caso de adaptación cultural en la traducción al inglés de la serie española Vis a vis. En uno de sus capítulos, un guardia de la cárcel se dirige a una de las presas y le dice: «¿Qué, te traigo unas pipas?», para referirse irónicamente al hecho de que la presa está de pie sin hacer nada. En inglés los subtítulos se tradujeron como «Shall I bring some crisps?». Aquí las pipas son un referente cultural del original, ya que en España es muy común comer pipas durante las actividades de ocio y descanso. Sin embargo, este referente no habría funcionado en un país anglosajón en que no se suelen comer pipas en momentos de entretenimiento. Por eso, se sustituyen las pipas por «patatas fritas», que es un referente cultural equivalente en la cultura meta.

La literatura y la adaptación cultural
Por último, también encontramos ejemplos de adaptación cultural en la literatura.
Uno de los más sorprendentes tiene relación ni más ni menos que con la Biblia. Para los inuit, el animal sagrado de la Biblia no es el habitual cordero, sino una foca. Esto se utilizó para que se comprendiera a nivel cultural el valor del animal para los sacrificios y, además, para que resultara un animal con el que los inuit estuvieran familiarizados y que reflejara pureza.

Otro ejemplo es el del fenómeno que el lexicógrafo Ménage bautizó como «las bellas infieles» (belles infidèles), que se originó en Francia entre los siglos XVII y XVIII. Estas traducciones se caracterizaban por adaptar el contenido de los textos clásicos al buen gusto francés de la época. Para conseguirlo, por ejemplo, omitían palabras que pudieran chocar al lector francés, como «orgía» o «sodomía».